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lunes, 23 de abril de 2012

ROCK AND ROLL MADRID MARATON 2012

Domingo día 22 de abril del año 2012, son las 8:55 de la mañana y me veo junto mis tres colegas buscando el sitio mas idóneo para afrontar de nuevo el reto de los 42 kms. Uno de ellos, debuta en el maratón y se le nota muy tenso, otro de ellos solo va a correr 10kms, pero sabe que algún día este también será su reto.
Hablamos de la cagada de la organización al respecto del guardarropa, más que nada para calmar los nervios. La tensión se masca en el aire. Miles de personas juntas con la mirada nerviosa y la emoción contenida pues en ese momento ya no hay vuelta atrás. Solo queda mirar hacia delante...

Los primeros kilómetros se pasan volando. Gracias a la organización este año la salida ha sido más fluida, pues al hacerlo ordenados en cajones no había que esquivar a tanta gente. Las sensaciones son buenas, estoy mucho más pendiente del ritmo que de mis piernas, pues se me ha olvidado el GPS (siempre se me olvida algo..) y voy a tener que correr por sensaciones. Me paso 10 kilómetros frenando a mis compañeros de aventuras. Pues aunque no llevo el dichoso aparato se que vamos a menos de 4:50m/km y ese ritmo no es el adecuado. Me tomo el primer gel y procuro cuidar la hidratación pues todos sabemos que el día terminará siendo caluroso. El paso por Fuencarral, Gran Vía, Preciados y Sol, es como siempre increíble. Multitud de gente aplaudiendo y gritando, hace que este tramo de carrera pase sin sentir. Y en esto me doy cuenta de que mi amigo el debutante, después de obligarle a tomarse un gel tira hacia adelante y nos descuelga a los dos que se supone que íbamos a marcarle el ritmo.

Después del paso por el Palacio Real, poco antes de la media maratón se nos une otro amiguete que pretendía acompañarnos un rato y ayudarnos con sus ánimos a llegar a la meta. El paso por la media es bueno, quizá un poco rápido, pero lo más curioso es que pasando en 1h 40m todavía no hemos rebasado al globo que marca el ritmo de 3h30m. Ellos también van rápido, por que saben que lo duro viene después y hay que tener margen. Después de bajar por el Paseo de Camoens, que castiga mis piernas sin piedad, nos plantamos en la Casa de Campo con las piernas algo cargadas pero con optimismo, pues hemos llegado con el margen previsto para superar esa barrera de las 3h 30m que nos hemos marcado. 

Bajando, en la casa de campo, cuando el terreno es más favorable, recibo el primer aviso de mi "isquio" derecho. No me lo puedo creer. Un mes tocado con el izquierdo y va a ser el derecho el que me haga bajar el ritmo. Cosas que pasan...

Total, que hemos salido vivos de la casa de campo. Hablamos y después de tomarnos el gel del km. 30 sabemos que lo más duro es lo que viene a continuación y al pasar por el puente que hace cruzar el Manzanares me pega el primer latigazo la pierna y me paro a estirar. Por un rato ese estiramiento hace que me olvide de los "isquios" sumado a que los cuadriceps están empezando a colapsarse. Todo esto hace que el ritmo caiga en picado. Lo que hace un rato era un ritmo cómodo por debajo de 5:00m/km. Ahora es un suplicio ir a 5:10m/km. Pero gracias a que mi chica me ha acercado el GPS a la Casa de Campo puedo controlarlo con más precisión. Eso sí, voy solo. Mi compañero me abandonó, muy a su pesar, cuando me paré a estirar en el puente y no le volveré a ver hasta Atocha. 

En esto consigo pasar Embajadores sin pararme ninguna vez y ya veo a mi amigo a lo lejos, pero no me cebo, pues sé que eso seria un gran error. Después de darle alcance junto al Ministerio de Agricultura afrontamos la cuesta infernal de la calle Alfonso XII y aunque nuestro ritmo es lamentable, llegamos al kilómetro 40 y todos sabemos que tenemos el maratón en el bolsillo.

Cuando nos quedan menos de100 metros para entrar en el retiro, vemos a nuestro amigo aventurero prácticamente parado, con una crisis de esas que hacen época. Le damos el último gel que nos queda y le gritamos para que apriete los dientes que ya lo tenemos hecho. Ha pagado la inexperiencia.

Llegamos a meta como pudimos, tiempo oficial: 3h 29m 58 seg. El año pasado me sobraron siete segundos, este año solo dos, jeje. Tiempo neto 3h 27m 08seg. Objetivo cumplido. 

Correr un maratón es algo que no se puede describir. Terminarlo es algo que no se puede explicar.

Cruzar la meta es algo tan grande y tan intimo a la vez.....

Hoy me duelen las piernas, quizá mañana también. Pero la semana que viene habré olvidado el dolor y mi maratón seguirá ahí.

Saludos zapatilleros.

P.D. Desde aquí quiero agradecer a tod@s los que me ayudan para que existan estos momentos. A mi familia, en especial a mi hermano que cuida de mis piernas, a mis amigos, los que corren y los que no, y sobre todo a mi gatita que hace todo sea muchísimo más fácil...

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